Intento de terminación

Autor: Lluzyferr NaleanyLluzyferr Naleany
Canon: N/A

Puntuación: +1+x

12/4/1954

El Proyecto Libro Azul, creado como último recurso por la USAF en lo que se refiere a la continua situación de contactos secretos OVNI y extraterrestre o en su defecto no humano, fue una perdida de tiempo y dinero.
Las agencias gubernamentales de EE.UU tuvieron figuras sobrenaturales en su poder, figuras que con el tiempo y en las condiciones que les dieron, se fueron esfumando, muriendo. Reconocían unas pocas organizaciones y grupos clandestinos, tenían mayores conocimientos en el área de lo tan supersticioso de lo mágico y paranormal.

En julio de 1952, después de haber recabado durante los meses anteriores información sobre cientos de avistamientos, se produjeron una serie de observaciones visuales coincidiendo con detecciones por radar cerca del Aeropuerto Nacional de Washington D. C. Estas observaciones condujeron a la CIA a establecer un comité de científicos que incluía a varios físicos, meteorólogos, ingenieros, y un astrónomo (Hynek), encabezados por el doctor H. P. Robertson, un físico del Instituto Tecnológico de California. Pero todo archivo relacionado al proyecto era irrelevante, redundante e inútil. El 90% con supuestas explicaciones logicas y obvias.
Un proyecto fracasado que ya cerró en el 69'.
Hasta aquella noche de 1970, cuando un impacto en un campo cercano del volcan Yellowstone capturó la atención de la CIA y otras agencias. Pero debian ser rápidos…

En la noche, varios vehículos repletos con agentes y fuerzas especiales rodearon el objeto. Era alargado, con una estructura similar a un disco rotativo que se pensaba era la cabina. Formas alargadas y elásticas detrás del objeto y colores no muy definidos.

Marty vio asombrado la cosa que yacía incrustado en el suelo.
Otro hombre se puso a su lado y sonrió.
"Extraterrestres. Al fin algo para nosotros." dijo este.
"Si. Si…" alcanzó a decir Marty.
"Si hay algo vivo ahí, nos ganamos a lotería ¿No sabes como están los soviéticos? Segun dicen, tienen a un alien de esos cabezones calvos en una de sus bases secretas. Pero nosotros tenemos al nuestro."

Tan pronto como fue posible, un camión y grúa se apresuraron a sacar el vehículo extraterrestre.
Marty estaba en la zona de colisión, cuando vio como algo se movía torpemente entre los árboles.
Velozmente, tomó su arma y linterna. Apuntó con temor, pero mantuvo la firmeza que intentaba mostrar.
"¡Arriba las manos!" gritó instintivamente. Pero no habia respuesta.
Otros agentes lo apoyaron, hasta formar un grupo de cinco hombres.

Cuando parecía que desapareció, una figura humanoide, andrógina, casi femenina, de gran cabeza y corto cabello, se asomó por el tronco.
El flash de la foto lo hizo correr, pero el dardo tranquilizador fue más rápido y efectivo.
Marty estaba en shock.
Rápidamente, los agentes y los equipos se encargaron de la criatura, llevándola a una camilla y entrándola al camión. Lo mismo se hizo con otros 3 pasajeros que se encontraron cerca del área de impacto.

Marty solo se quedó quieto mirando el panorama, hasta que uno de sus compañeros lo despertó.
"Vamos Mar ¿Primera vez? Pues la mía también, pero no me dejo sorprender." Afirmó Ed golpeándole la espalda.
"Ah si. Si, lo siento…" Alcanzó a decir Marty.


2/1/1970

"La autopsia de los alienígenas difuntos develó varios datos interesantes. Nuestra ejemplar viva está en celda. Te toca a ti hacer el trabajo…" Informó Gordon a Marty. Este estaba pensativo y algo perdido.
Gordon se le quedó mirando y se bajó los lentes. Toció.
Marty miró al obeso jefe nervioso y, cuando estaba a punto de preguntar, Gordon se le adelantó.
"Hay que matarla."

"Cómo…?"


15/1/1970

Múltiples disparos impactaron en el agente. Marty no podía terminar de procesar la situación y a causa de esto, aún no lo entendía.
"Lo siento, Ed… Lo siento mucho…" Dijo para consolarse.
Se acercó a su cuerpo ya sin vida mientras las sirenas policiales sonaban con fuerza y la gente huía. Vio entre el traje de su viejo amigo la insignia, la insignia de aquellos Hombres de negro.
Pobre Ed. Tanto tiempo juntos, le hizo mucho daño su traición.

El oficial estampó contra la pared a Looken y lo esposó.
"Vienes conmigo, pistolero…" Dijo el policía metiendolo en la patrulla.

Aún pensaba en el rostro de Ed. Lo que tuvo que sacrificar por su vida y agencia. Pero la batalla mas dura estaba cerca.


18/1/1970

"Vuelve a tu trabajo, Marty Looken… Agradecemos que no hayas dejado que el infiltrado se meta. Pero, lo siento."

"No pasa nada. Si no era él, era yo. Así que no habia de otra."
Contestó Marty apenado. Se retiró de la oficina y en su mente podia ver los grandes ojos de ella.

Caminó fuera de la oficina, miró un papel pequeño que se arrugó en su bolsillo. Un número telefónico.
Encomendado a revisar el estado de aquella criatura que tenían cautiva, bajó por el estrecho ascensor de madera de roble y paredes gruesas de hierro. La puerta, pesada como dos muros, se abrió y Marty Observó estoico a la extraterrestre.
Esos ojos grandes… Esas proporciones finas pero inhumanas, recordaba a aquellos personajes de obras animadas japonesas.
Pero aquí se veian raras.

"Ya va a llegar el momento… Lo siento…* Dijo apenado, mirando su reloj en la muñeca. Marcaba 12:05 PM. Hora de ir a casa.
"Ack ack.. Yackrrak" Vociferó la criatura.
Marty no se detuvo, pero no ignoró. Aún sin saber que significaban esas ajenas palabras y sonidos, sentia el sudor en su frente estando cerca de ella.

En su coche, marcó al número de aquel papel arrugado.
"¡Marty! Un gusto reconocerte." Exclamó una voz rasposa.
"¿Quién eres realmente, Albert?" Preguntó cortante el hombre de traje.
Unos segundos, que parecieron horas, culminaron con su voz rasposa tras el teléfono.
"Dave, Dave Thompson, ¿No me recuerdas?"
"… Hijo de perra, creí que te apresaron cuando iba a la universidad contigo."
"Tuve suerte… Pero vamos a lo que nos lleva a reencontrarnos."
Marty comenzó a manejar dividiendo su mente en la charla de Dave y el camino.

Se detuvo en una casa ubicada en un suburbio tranquilo, frío y silencioso. Era un ambiente del cual extrañamente sentía cierta nostalgia, la cual se alimentaba lentamente con el aire de la oscuridad en su cuerpo y ojos. La penumbra, combatida por las tenues luces de lámparas que poco se mantienen, lo dejó observar el umbral de la puerta de madera oscura. Desde la ventana, sentía ese frío abrazador de la medianoche. Pero también recordaba aquel rostro, no solo de la extraterrestre de facciones inquietantes, si no, de Ed. Tal como con Dave, poca cosa lo reencontraron en sus vidas. La mente ya melancólica de Looken era invadida por los pensamientos de terminación hacia la figura alienígena.
¿Como era posible semejante acto?
¿Es esto verdad?
Solo escuchaba su respiración, admirando las estrellas que allí brillaban tenuemente. Queriendo pensar en su reencuentro con Dave y su intrigante petición.

Salió cauteloso, mirando a todos lados.
Inquieto, observó la puerta de la casa y dio tres golpes dos veces.
Mientras esperaba, miraba a varios lados, el frío le entumecía los dedos y lo ponía alerta. Sintió una notable inquietud cuando una figura, cerca de un poste de luz, parecía observarlo, inmóvil… Su cabeza era muy pequeña. Su cuello muy delgado. Pero todo lo demás parecía normal.
La vista y conocimiento de aquella figura lo obligó a sostener su arma que escondía dentro del traje, serio, atento, no veía un solo músculo moverse de esa “persona”.

"¿¡Quien es!?" Preguntó esa voz rasposa, la cual sobresaltó a Marty.
Mirando a la puerta y luego a aquella figura, notó como ya no había rastro de ella.
"Looken, Marty Looken." Respondió sin quitar la vista del poste donde en algún momento se encontraba aquella figura.
Largos segundos pasaron mientras Dave intentaba abrir la puerta, hasta que lo hizo y Marty entró con rapidez y desespero.
Suspirando aliviado, miró y saludó a aquel viejo conocido.
"Te estaban observando, ¿no es así?" Afirmó el hombre calvo de finos lentes y cara redonda.
Marty lo miró intrigado, tosió y solo dio unos pasos para darle un tardado abrazo.

Tras una charla donde ambos se reconocieron más, Dave lo guio a su sótano, donde el objetivo aguardaba.
Detrás de la puerta, Marty vislumbró una preocupante cantidad de borradores, periódicos y mesa con papelerío y luces. Muchos de los diarios señalaban fechas, eventos, rostros y nombres.
"¿Dave, que es esto?" Preguntó él intrigado e impactado.
"Las verdades, Looken ¡Verdades que tu agencia ni nadie de los altos mandos quieren que salgan a la luz! Pero esto no es contra ti. Te llamé sobre el objeto no identificado caído hace tiempo. Tú estuviste ahí, ¿no?…"

Looken se quedó petrificado, era obvia su respuesta, pero su lengua insistía en mentir.
"Sí, pero era mi primera vez. Nunca vi a un extraterrestre ni nada igual… Veo que tú sí."
"En parte, diría yo. Solamente vi a esos, cabezas de cámara rondando por aquí y…"
"¿Cabezas de cámara?" Pregunto Marty sumamente intrigado.
"Lo que te miraba a lo lejos, si. Esos hijos de puta están por todas partes… En serio, por todas partes." Respondió Dave mostrándole varias fotos de estos "seres" inertes mirando en el fondo de diversos escenarios.

"¿Cómo sabes de ellos?"
"Solo los vi, cuando ellos se alejan, los efectos cognitivos que te meten se van disipando, y si te acercas con binoculares, ves sus verdaderos rostros… Si rostros se les puede llamar." Afirmó entre unas pequeñas risas acomodando unos papeles y cajas.
"Entonces… ¿A qué me llamaste?"
Un silencio de segundos se hizo presente mientras Dave sacaba unos papeles. Finalmente, los puso en la mesa y los mostró.

"Caricantos." Dijo Dave a secas.
Marty estaba estupefacto. Impresionado ante las fotos. Quería creer que eran falsas, pero no había posibilidad.
"Es como la que tenemos encerrada."
"¡Exacto! Y tienen contacto con los soviéticos y Japoneses ¿Qué te parece eso? Intereses políticos y, quizá, militares."
"¿Y cuál es tu idea? No, mejor aún ¿Cómo sabes esto y de donde lo sacaste?" Cuestionó Marty impresionado ante su entorno y su propio amigo.
Dave suspiró algo cansado, pero no frustrado. Se sentó a descansar sus piernas y sacó un cigarro.
"Conocí a unas personas en un parque… Decían ser conocedores del fenómeno ovni y de otras cosas de tipo paranormal. Cuando me invitaron a entrar a su "grupo"… Uf, las cosas que vi. No eran solo fotos o audios… Estaban ahí, ante mis, digo nuestros ojos. No sé qué era… No sabría decirte si era un extraterrestre, un fantasma, ¡yo qué sé! Era como una combinación de un fantasma japonés con… No sé cómo describirlo para ti. Pero el punto es este; estos tipos se hacen llamar Los Guías Hacia la Verdad y, saben cosas. Y yo los ayudaré a saber que quieren los caricantos con nosotros…"

Dave comenzó a lanzar fotos y documentos clasificados, muchos de años anteriores y décadas pasadas. Marcas con idiomas irreconocibles, letras alemanas y fotos sobre el Eje y una ayuda exterior. Pero aquello que perturbó con creces a Marty, fue una foto en especial, blanco y negro, dos figuras, una sumamente mortal y una tan desproporcionada como femenina y ajena a lo humano.
La sonrisa de aquel de corto bigote y los ojos grandes clavados en aquel dictador hicieron palidecer a Looken.
Era él y ella, una Caricanta de rostro extraño a ojos del agente, pero que solo estaba confundido.

"¿Aún crees que es bueno seguir, Looken? Mira a que te estás resistiendo, a matar a una amenaza mortal, a aquello que nos va a destruir. Ayer fallaron con los alemanes. Pero ahora están con los Soviéticos ¿Sabes que significa eso, Marty?"
Marty estaba impactado, conmocionado. Miró asustado a su amigo.
"Significa qué si no haces algo, todos moriremos lentamente en una guerra mucho peor que la nuclear…"

Silencio arremetió a los dos en el sótano, Looken aun procesando todo y Dave mirando a su manojo de papeles y cuadros. Todo parecía ir en orden, un orden ajeno a lo que él quisiera para la vida de todos en estados unidos y quizá el mundo.
Finalmente, Marty miró decidido a Dave y le dio un fuerte abrazo. Un abrazo muy fuerte, tal como si fuese una despedida para toda la vida.

Ambos caminaron a la salida, donde el frío de la noche, el horror de una verdad oculta hace décadas y una amenaza tan cercana le dieron la respuesta.
Cuando el coche de Marty Looken se hizo más lejano de Dave, los sentimientos de compasión y pena se fueron disipando de la mente del agente.

Solo unas horas más.


"¡Yack! Takjak ack ACK!" Sonó agudo, de su boca inhumana. Segundos después, la voz rasposa y extraña sonó.
"El fascismo es una estupidez, pero ustedes hacen competencia con su misma idiotez." Afirmó esa voz sintética de ella.

Marty solo veía pasar su vida tras sus ojos. El arma, arrebatada de su propia mano, ahora le jugaba en contra.
Pero luego dejó de sentir la boca del revolver presionar su cabeza.

Miró los grandes ojos de la caricanta, su boca sin labios que dejaban ver sus dientes cuadrados, separados y grises.
"¡Ack!" Salió de su boca que formaba una leve sonrisa.
La voz sintética afirmó un fuerte; "!Adios!".
Marty seguía de rodillas, en shock por su error. El error de la agencia del cual dedicó su vida y honor.
Honor patrio y norteamericano. El error de creer que todos los Caricantos eran seguidores del fascismo y alentadores al caos.
Solo pudo ver su delgada y femenina figura, vestida de traje verde ajustado, alejarse con armas humanas, y otros dispositivos de origen alienígena.

Mientras se levantaba, solo llegó a ver esa extraña nave volar hasta desaparecer, mientras aviones, cazas y helicópteros intentaban lo imposible: encontrarla y entender sus fines.

Si no se indica lo contrario, el contenido de esta página se ofrece bajo Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 License